El partido con Paraguay fue un espectáculo, tanto en el cesped como en las tribunas.
Los bombos del rojo fueron el delirio de los turistas. Antes que empiece el partido, en el exterior del estadio, se ubicó la banda y estuvo tocando cerca de una hora. Todos bailaban y sacaban fotos.
Tras dialogar con los policías pudimos ingresar los bombos a la tribuna. Sin embargo en el partido de esta noche con Perú fuimos emboscados por la policía militar, que al ingreso nos escoltó a un lugar supuestamente para gestionar el ingreso de los bombos, y una vez llegados se nos amenazó con dejar todo en ese lugar o ser arrestados y deportados. Es decir que nos confiscaron cuatro de los seis bombos. Los otros dos ingresaron más retrasados y cuando estaban ya ubicados en la tribuna fuimos violentamente reprimidos por la policía. En estas horas uno de los hinchas está siendo atendido por una herida en la cabeza. Por suerte no fue nada grave.
Es lamentable la situación que se vive en Venezuela en cuanto a los derechos humanos. Sería de desear que algunos de los tantos periodistas argentinos que se encuentran cubriendo la copa, pueda contar un poco sobre la realidad que viven los ciudadanos de ese país, donde no hay libertad de expresión y ya existen lesiones a la vida y a los derechos más elementales. Los turistas tampoco somos tan bienvenidos.
La violencia no paga
Nuestra bandera
Baile con los turistas en la previa al partido
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